¿MEDALLA DE HONOR?


Heridas y preguntas sobre el caso de la atleta sudafriana Caster Semenya, cuya sexualidad está en debate.

El presunto hermafrodismo de la atleta sudafricana Caster Semenya, será confirmado (o desmentido) por la IAAF el 20 de noviembre. Mientras tanto, quedan muchas heridas y preguntas: ¿Se ha vulnerado el derecho a la intimidad de Semenya?, ¿Cómo se construye la sexualidad de una atleta?, ¿Dónde competirían los hermafroditas?

Restan sesenta días para el decisivo veinte de noviembre. Sesenta días de pruebas médicas para que la IAAF arroje al mundo, desde Mónaco, los resultados de la dudosa genética de la atleta Caster Semenya. Sesenta demasiados días para quien se ha convertido en la “niña mimada” de los sudafricanos y en el fenónemo deportivo más intrigante del atletismo mundial.

Que si tiene vellos, que si tiene músculos, que si luce hombruna. Que si tiene la voz grave, que si tiene testosterona, que cómo se viste. Todo por esa maldita resistencia física. Esa que le hiciera parar el reloj en 1.55.45, que le colgará la medalla de oro en el Campeonato Mundial de los 800 metros planos en Berlín y destrozará todas las marcas anteriores de la categoría, la niña educada como niña en las calles de Villa de Fairlie (al norte de Sudáfrica) es hoy prematuramente tildada de hermafrodita.





Pese a que la IAAF dejó de considerar obligatorias las pruebas de sexo en las Olimpiadas de Sydney 2000 por presión de los grupos feministas, Enrique Cusicanqui, representante de la IAAF en el Perú, asegura que la prueba que se le hizo a Semenya es legítima, se realizó antes del Mundial de Berlín y que si es chico o no “es una cuestión estrictamente médica”.

“Al encontrar que no era un caso sencillo, la IAAF le recomendó a Semenya no correr, pues si ella tuviese más testosterona podría tener una ventaja deportiva sobre sus rivales. Es como un caso de dopaje”, añade Cusicanqui.

Wilson Gallardo, Jefe del Área de Endocrinología del Hospital Almenara, dice que la deportista “tiene una apariencia andrógina, y que la testosterona optimiza el rendimiento óseo y muscular del atleta”. Sin embargo, “debemos esperar los resultados oficiales de la IAAF porque con la apariencia es imposible hacer un diagnóstico definitivo”.

El reglamento de la IAAF estipula (artículo 38) el caso de circunstancias excepcionales: “Es obligación personal de cada atleta asegurarse de que ninguna sustancia prohibida esté presente en sus tejidos o fluidos”.

Pero,¿Puede alegarse que la testosterona producida naturalmente es una sustancia prohibida y fue ejercida por Semenya con premeditación?




¿Cómo te ves, cómo te sientes?
“El tratamiento del caso es lamentable. Hay mujeres biológicas que podríamos tener dosis de testosterona irregularmente altas por muchos factores. Entonces, ¿Se nos tendría que someter a todas a exámenes de testosterona?, pregunta Rocío Gutiérrez, especialista en Salud Sexual y Reproductiva del Movimiento Manuela Ramos.

“Esta muchacha fue bautizada como mujer, educada como mujer y se siente mujer. La identidad sexual está marcada por bases biológicas, pero la identidad de género tiene que ver con los atributos, valores y roles que la sociedad le impone a la personas sobre estas bases biológicas”, añade Gutiérrez, quien califica de “fatalísimo” el impacto sobre la atleta.

“Semenya puede ser hermafrodita, puede querer expresarse sexualmente como mujer heterosexual y puede comportarse como varón en la sociedad si quiere. Es bien paja”, asegura el sociólogo José Luis Gargurevich.

La mirada del historiador y periodista Jaime Pulgar Vidal detecta un desfase en la mirada de la IAAF. “Esto es un drama para Semenya. En el siglo XVIII, si tenías órgano masculino eras varón, hoy esto está más relacionado a una construcción cultural, a una percepción personal”.

Pese a que la IAAF alude no haber emitido aún una versión oficial, la explosión del caso Semenya ha detonado en muchos lugares: en el Congreso Sudafricana (“Es la experiencia más humillante que haya tenido que pasar cualquier deportista internacional alguna vez” ), en la familia de Semenya (“Es una mujer y lo puedo repetir un millón de veces”, dijo su padre Jacob Semenya), en los medios y ha puesto en duda la vieja pero vigente polémica sobre las fronteras del género y la confidencialidad.

“Sin duda, al ventilar el caso, no se ha respetado el derecho que toda persona tiene a la reserva”, afirma Gonzalo Gamio, profesor de Filosofía en la UARDM.


¿Medalla en duda?
Pedro Weiss, secretario general de la Federación Internacional de las Asociaciones del Atletismo (IAAF), ha asegurado que la medalla dorada que hoy luce Semenya difícilmente le será descolgada. “Si le encuentran cantidades excesivas de testosterona, ella no puede ser culpada. Sería muy difícil imponer una sanción retroactiva ante un atleta que fue inscrito por su federación, y cuya entrada fue aceptada por el IAAF."

La misma opinión tiene Pulgar Vidal para quien “La pobre mujer no tiene que ceder”. Sin embargo, para José Luis Gargurevich la IAAF podría quitarle la medalla formalmente y reconocerla igual como una atleta ganadora. “Hay maneras de cumplir las reglas y a la vez ser justos con el mérito”, asegura.

Si bien el caso de Semenya aún no está definido y para muchos, como 'El Veco', podría ser “una curiosidad”, queda la pregunta sobre dónde competirían los atletas hermafroditas. ¿Deberían hacerse olimpiadas especiales, como se hace con otros grupos minoritarios?

Para evadir la pesadilla, Semenya ha dicho que se trata de una broma, aunque la diputada sudafricana Winnie Mandela –ex esposa de Nelson Mandela– ha dicho que ella está traumatizada.

¿El final? Habrá que esperar sesenta demasiados días para averiguarlo, aunque sea cual sea el resultado del cuerpo médico de la IAAF, el daño está hecho para Semenya, quien debe ver su medalla dorada como una carcajada, como un absurdo premio consuelo.

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